Hoy es el 165º aniversario del nacimiento de Bram Stoker, creador del más famoso vampiro de la literatura, el Conde Drácula... inspirado en el conde rumano Vlad III de Valaquia (este nació en la región de Transilvania, en 1431. Hijo de
Vlad "El Diablo" -caballero de la orden del dragón conocido por su
afamada crueldad y sangre-, se hizo famoso por su increíble bravura y
valentía, su implacable sentido de la justicia y defensa del
cristianismo, y su extraordinaria crueldad, capaz de llamar la atención
incluso en aquellos tiempos sangrientos. Fue conocido por su apodo
Drácula, nombre que proviene de "Draculea" (la terminación "ulea" en
rumano quiere decir "hijo de"), lo que podría traducirse como "El hijo
del Diablo".
Aterradores, atractivos, seductores, brutales, sensuales, repulsivos,
grandes, pequeños, despiadados, compasivos… Son sus características y las hay para todos los gustos.
Los vampiros, son seres nocturnos que pueblan ese terreno misterioso entre la vida y la muerte...
El mito del vampiro nace en el folclore de diversos países, como un
ser que se alimenta de sangre de otras personas para sobrevivir. Partiendo de esta premisa, hay muy diversos tipos de vampiros, con
morfologías muy diferentes, y creencias distintas en la mitología de
cada modalidad. Para algunos, se trata sólo de seres zoomórficos que se
abalanzan sobre los animales en los campos, como el chupacabras; en
otros sitios son personas que se metamorfosean en murciélagos para
alimentarse de sus victimas; otras leyendas nos hablan de seres
inmortales eternamente jóvenes; en otros casos tenemos monstruos de
afilados dientes y aspecto repulsivo, etc.
Estas leyendas de transmisión oral acabaron plasmándose en documentos
escritos, y la literatura (y evidentemente el cine, con posterioridad),
ha ayudado a mantener vivo el mito del vampiro hasta nuestros días.La literatura vampírica ha contribuido a dar forma a la figura del
vampiro, cambiando en gran medida las características de los mismos de
los mitos folclóricos y remodelando el objeto dándole una nueva forma.
El vampiro que conocemos hoy en día, con sus costumbres y sus mitos, es
lo que es, gracias a los libros.
Por ejemplo, serán los libros de
vampiros los que los definan como seres que estuvieron vivos y viven
ahora en la muerte alimentándose de sangre humana, también en los libros
encontramos el mito de que no soportan la luz del sol, siendo letales
para ellos, todo el tema de las estacas en el corazón, el que no se
reflejen en los espejos, la necesidad de invitación para entrar en la
casa de sus victimas, la repulsión al ajo, intolerancia a símbolos
cristianos como la cruz o el agua bendita, y otras tantas leyendas.
Probablemente la primera aparición del vampiro en la literatura de
ficción (hay referencias “serias” a los vampiros en la literatura
erudita del siglo XVII, en relación a la epidemia de peste), sea la de
Lord Byron en 1816, con el poema épico The Giaour, donde aparecen
referencias a este tipo de seres. Este poema será incluido tres años
después en la obra El Vampiro, un Cuento, de Polidori.
No obstante, la novela más famosa de vampiros, y que da origen a la práctica totalidad del mito es Drácula, de Bram Stoker
en 1897. Desde Drácula hasta nuestros días, el vampiro ha experimentado
una serie de cambios en sus características, pero manteniendo generalmente su
espíritu intacto con el pasar de los tiempos... Para eso es inmortal.
Diríamos que las novelas de vampiros son todo un subgénero narrativo digno de los más ávidos lectores... Aunque, permitidme que os diga, hay alguna que roza el ridículo... señoras y señores, no lean Crepúsculo y su saga... Mejor es adentrarnos en la imaginería de Stoker... por cierto, ¡Felicidades! Te deseamos la inmortalidad del mismo Conde Drácula
(Agradecimientos a el bibliófilo enmascarado)
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